Todos tenemos sueños y objetivos que nos hacen vibrar, que nos motivan, que nos inspiran. En general, como formadora y en particular como coach, he visto como muchos sueños, ajenos y propios, se han ido convirtiendo en realidad. Como muchos pensamientos se han ido materializando con el poder de la mente, la organización de las ideas, la renovación de la energía, el profundo deseo de saber lo que se quiere y la inminente necesidad de vivir haciendo lo que nos da felicidad.
Es cierto que muchas veces nos sentimos perdidos. Tal vez nos surgen dudas, vemos que nuestras metas son inalcanzables o pasamos por momentos en los que dejamos de creer en nosotros mismos. Pero, esto es algo que no nos debe desanimar y debemos entender como parte del proceso. Un proceso por el que todos pasamos en algún momento de nuestras vidas y que debe servir para aprender, para reafirmarnos. Un proceso que siempre nos lleva a lo que realmente queremos ser o hacer.
Cuando identificamos lo que realmente deseamos, unos antes otros después, damos un gran paso y debemos sentirnos orgullosos porque no es tarea fácil. Si nos damos cuenta que nuestra verdadera felicidad nos la da el enseñar a jóvenes, diseñar zapatos, pintar al óleo, bailar salsa, conocer nuevos destinos, ayudar a otros, fotografiar personas, construir maquetas, ser consultores, crear una empresa, dedicarnos a la nutrición, a la medicina china, al diseño de interiores o a la comunicación, entre muchos otros ejemplos, comprendemos que tenemos que focalizar toda nuestra energía en ello y comenzar a ACTUAR.
Así es, actuar pero con un objetivo en mente, con una motivación por delante, en una misma dirección, sabiendo que nos espera la posibilidad de hacer lo que nos hace felices y vivir de ello. Hoy, puedo ver como muchos de mis coachees, con constancia, alegría y ACTITUD han llegado o están en el camino, disfrutando cada instante de conseguir lo que siempre ha estado en sus mentes y sus corazones.
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La buena suerte se crea con ACTITUD Y ACCIÓN.
Juanita Acevedo